El hecho de no necesitar practicamente instalación, los convierte en un producto muy accesible para los consumidores poco experimentados en tareas de bricolaje, sin embargo es recomendable hacer un estudio previo de calefacción adaptado a las necesidades de cada cliente y cualidades de la vivienda.

El Suelo radiante , es uno de los tipos de calefacción cada vez más habitual, representa un porcentaje más bajo, el 0.7%, y es que al ser un sistema muy novedoso está en fase de crecimiento. Estos sistemas funcionan gracias a una red de alambres calefactores con recubrimientos de fluoropolímero, los cuales calientan la estancia desde el suelo hacia arriba. Este sistema funciona con un termostato WIFI con el cual podrás programar el suelo radiante a través de una aplicación.

Los toalleros secatoallas fueron concebidos como elementos útiles para tener la toalla o albornoz calientes todo el tiempo a la vez de decorativos. El calor que emiten es similar al de un radiador normal, siempre que realices bien los cálculos, por este motivo también podría hacer la función de radiador para aportar confort y calidez al cuarto de baño.

Aunque los termos de agua caliente sanitaria no son un sistema para calentar una estancia, si son un producto que ayuda a dar calidez y confort a un hogar, ya que su principal función es la de calentar el agua para su posterior uso en aseos, baños, cocina… Dependiendo del número de personas en la unidad familiar, necesitarás instalar un termo con una capacidad u otra.

La bomba de calor es un sistema que funciona gracias a la energía eléctrica, transportando el calor hacia el interior de la vivienda pero sólo en las zonas donde está ubicado el sistema, por este motivo es una calefacción poco eficiente, ya que distribuye el calor de manera heterogénea disipándose de manera muy rápida.

Las calderas de gas son una buena solución siempre que funcionen debidamente, y es que son varios los riesgos de una caldera mal cuidada:

Mala combustión

Se produce cuando la caldera no está quemando bien el combustible, lo que da lugar a una acumulación de monóxido que en grandes cantidades es muy peligroso para los seres vivios.

Fugas

Es otro de los grandes problemas de la calefacción por gas. Sin un debido mantenimiento y revisiones periódicas, la caldera o canalizaciones podrían sufrir fisuras.

Mala ventilación

Otro gran problema es la ventilación. Estas calderas necesitan tener una correcta salida de humos y buena ventilación, ya que de no ser así, las consecuencias de una fuga o una mala combustión podrían ser más graves.

Con parafina

Las estufas de parafina tienen un gran poder calorífico, sin embargo no son la mejor opción. La parafina es cara y se consume rápido, a parte de esto desprende un olor fuerte que carga el ambiente y hace de la estancia un lugar menos confortable.

Estufas de leña

Pueden ser de acero o hierro fundido y suelen utilizar leña como combustible. Estos sistemas no son programables y necesitan de un constante mantenimiento para mantener en calor.

Estufas de pellets

Estas estufas son similares a las de leña pero en su lugar utilizan pellets. El problema es que sólo están pensadas para calentar una pequeña estancia, si hablamos de las de aire, y si lo hacemos de las canalizadas, a parte de ser más caras implica hacer una obra en la vivienda, por lo que el coste se incrementa considerablemente.

Estufas de policombustible

De las mismas características que las dos anteriores, en cambio admiten varios tipos de combustibles, incluyendo hueso de oliva.